Cada 23 de junio se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, una fecha para reconocer la labor de las mujeres en una profesión históricamente dominada por hombres y visibilizar los esfuerzos por lograr la equidad de género en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Esta efeméride, instaurada en 2014 por la Women's Engineering Society del Reino Unido y adoptada internacionalmente desde 2016, no sólo celebra a las mujeres que ejercen la ingeniería, sino que también busca inspirar a nuevas generaciones a seguir ese camino. Este año, bajo el lema Together We Engineer, se pone énfasis en el trabajo colaborativo entre mujeres ingenieras y sus aliados para impulsar avances tecnológicos y soluciones inclusivas.
Un camino largo y aún desigual
Desde Elisa Leonida Zamfirescu —la primera mujer ingeniera del mundo en 1912— hasta La Concepción Mendizábal Mendoza, primera mujer ingeniera en México quien se tituló de la Escuela Nacional de Ingenieros de la UNAM en 1930, especializándose en ingeniería civil, la historia de las mujeres en la ingeniería ha estado marcada por la perseverancia frente a los prejuicios.
También en América Latina destacan figuras como Delia Aida Tasaico (Perú), Elisa Beatriz Bachofen (Argentina), Justicia Acuña (Chile) y Pilar Careaga (España), quienes abrieron paso a muchas otras en un campo históricamente cerrado para ellas.
Hoy, aunque la presencia femenina en estas disciplinas ha aumentado, la desigualdad persiste. En México, según la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), solo el 38% de las mujeres estudian carreras STEM, y en edades tempranas apenas el 9% manifiesta interés en la ciencia o la ingeniería. Además, según la CEPAL, apenas el 28% de los egresados de ingeniería en el país son mujeres.
Las causas de esta brecha son estructurales: falta de referentes femeninos, estereotipos culturales, baja orientación vocacional con perspectiva de género y escasa representación en puestos de decisión.
Más ingenieras, más futuro
Para revertir la brecha de género, es indispensable sembrar vocaciones desde la infancia, impulsar modelos femeninos en el ámbito científico y técnico, y crear condiciones de equidad para que las niñas y jóvenes puedan estudiar, desarrollarse y liderar en la ingeniería.
Este Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería es una invitación a reconocer los avances, reflexionar sobre los retos y apoyar con acciones concretas a quienes están cambiando el rostro de esta disciplina.
Porque construir un futuro más justo, equitativo y sostenible también es una tarea de la ingeniería.